Condritas
Las condritas
son los meteoritos más abundantes: suponen en torno al 85 % del total de los
meteoritos recuperados. Están clasificadas como
meteoritos no
diferenciados, pues proceden de
objetos no
diferenciados o primitivos. Y se llaman así porque contienen
cóndrulos.
A su vez, las
condritas se
dividen en tres grandes grupos: las condritas carbonáceas, las
condritas ordinarias y las enstatitas. Todas ellas tienen su origen
en asteroides no diferenciados, aunque se piensa que algunas condritas
carbonáceas podrían proceder también de cometas.
El grupo más abundante es el
de las condritas ordinarias, pues a él pertenece casi el 93% de las
condritas recuperadas (Figura 1). Según sea su contenido en hierro elemental y
otros metales se subdividen en tres grupos: Las tipo H (contienen entre un 15 y
un 20 % de hierro y níquel elemental), las tipo L (su contenido de estos metales
está entre el 4 y el 10 %) y las tipo LL (que contienen hasta un 3 % de hierro
elemental).
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Figura 1. Imagen de
una condrita ordinaria. Este meteorito se fragmentó antes de llegar
al suelo, dejando expuesto su interior. En el centro de la
fotografía puede verse claramente un gran cóndrulo. |
Por el contrario, las
condritas más raras son las enstatitas, ya que constituyen menos del 2%
de las condritas. Se denominan así porque en estos meteoritos abunda un tipo de
silicato de magnesio denominado enstatita.
En cuanto a las condritas
carbonáceas, se trata del segundo grupo más numeroso dentro de las condritas
(casi un 5 %). Se caracterizan porque su interior suele ser de color gris oscuro
(Figura 2). Reciben ese nombre porque estos meteoritos contienen carbono en
forma de una gran diversidad de moléculas orgánicas.
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Figura 2. Sección
pulida del meteorito
Allende,
una condrita carbonácea caída en México en 1969. En este meteorito
se hallaron unos 80 aminoácidos diferentes entre otros compuestos
orgánicos. |
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